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Tres métodos de instrucción para una persona con autismo.

por Lorena Díaz Puratic, M. Ed.

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Una de las grandes decisiones que cualquier profesional, padre/madre o cuidador involucrado en el tratamiento de una persona con autismo debe tomar, es decidir qué conductas enseñará y qué métodos de enseñanza usará. Escoger una por encima de otra, o complementarlas, requiere de un gran nivel de conocimiento, y por supuesto, requiere un gran nivel del conocimiento de la persona a la que se espera enseñar.

En este artículo, describiré tres métodos de instrucción que, de acuerdo con la literatura, basada en evidencia, y experiencia personal, son considerados como los más efectivos para enseñar a lenguaje y comunicación a personas diagnosticadas con autismo.

Me referiré a Discrete Trial Instruction (DTI), también conocida como “la buena enseñanza” (Leaf & McEachin, 1999) ya que tiene los componentes esenciales para que cualquier estudiante aprenda una conducta objetivo. Es una intervención de amplio espectro lo cual la hace apropiada para cualquier población, no sólo para las personas con autismo. No tiene límite de edad, escenario especial, y puede adaptarse a las necesidades del estudiante o paciente.

Aunque esta técnica pueda parecer simple para el profesional que no está familiarizado con los principios de Applied Behavior Analysis, ya que sólo tiene cuatro componentes, DTI levanta muchas preguntas que deben ser respondidas antes de comenzar a usarla con una persona en particular: el uso de prompts, si los refuerzos seleccionados están sirviendo como consecuencia, el número de intentos que le daremos a nuestro estudiante, así como durante qué momentos del día o sesión. Igualmente, es importante la definición del escenario de instrucción (instructional setting): aula, colegio, casa o comunidad.

A pesar de la simplicidad de sus principios, esta técnica demanda su uso en combinación con otras estrategias como prompting, modeling, shaping, reinforcement, sólo por nombrar algunas, las cuales son extremadamente desafiantes para el profesional que no está bien versado en el approach.

Es crítico reconocer que aprender y dominar una conducta dada, sólo tomará lugar si estas estrategias y contexto están bien planificadas y son usadas con precisión.

El segundo método que discutiré en este artículo es Functional Communication Training (FCT) o comunicación funcional, que está sujeto al principio  que todos los problemas conductuales (por ej. agresión, autoinferirse heridas, conductas estereotipadas y rabietas) son una forma ineficiente de comunicación de deseos, sentimientos o emociones. Estas conductas son los obstáculos más significativos para la inclusión y ellas interfieren con las actividades básicas de la vida en familia, reduciendo las posibilidades de adquirir habilidades sociales y habilidades para la vida.

Aun cuando padres/madres y profesionales puedan estar de acuerdo en la importancia de abordar estos problemas conductuales, el uso de FCT demanda un approach metodológico que tomará tiempo, debido a los múltiples pasos que involucra: a) evaluar la o las funciones del problema de conducta, b) seleccionar una conducta alternativas que sirva a la misma función que la conducta disruptiva, c) enseñar la conducta alternativa de tal manera que asegure la generalización en todos los ambientes donde la conducta deseada es necesaria. El proceso antes mencionado es llevado a cabo a través de evaluaciones funcionales (functional behavior assessments) donde los profesionales, madres/padres y cuidadores deben trabajar juntos para llegar a las conclusiones adecuadas para el set de necesidades de la persona de interés. Ésta no es una fortaleza de las comunidades educativas, especialmente con familiares o profesionales que no se muestran cooperativos con la intervención, especialmente porque demanda tiempo y los resultados no son instantáneos.

El profesional que aplique este método debe tener claro conocimiento de las funciones de la conducta, el valor de escoger el momento correcto para enseñar, pero sin duda, la mayor ventaja de FCT es, en las palabras de Durand, “en lugar de intentar de enseñar o implementar un programa de conducta formal a una persona o niño, FCT esencialmente permite a la persona o niño a solicitar activamente los refuerzos que habían previamente mantenido la conducta desafiante” (as cited by Prelock & McCauley, 2012).

Finalmente, el tercer método de instrucción es Atención Conjunta (joint attention). Ésta difiere de DTI y FCT, porque a diferencia de ellas, la atención conjunta está pensada para niños más pequeños, siendo la base para las interacciones tempranas que son los pivotes de las habilidades del lenguaje más avanzadas.

Unos de los desafíos más grandes que este método impone, es el cambio del modelo  de intervención tradicional centrada en el adulto. En la atención conjunta, se espera que el profesional estructure un ambiente que provea al niño con el mayor número de oportunidades para que éste se vea en la necesidad de comunicarlas o hacer peticiones. El hecho que sea el adulto quien siga al niño, y no a la inversa, facilitará la comunicación haciéndola más significativa, sirviendo como refuerzo positivo y expandiendo el lenguaje del niño haciendo que éste describa lo que está haciendo o repitiendo lo que él o ella está diciendo.

Atención conjunta también tiene la ventaja de no requerir un lugar especial (aunque se puede necesitar que el profesional manipule el espacio), y no es tan demandante en términos de tiempo necesario para que el niño haga progresos evidentes.

 

 

Bibliografía

Carnahan C. and Williamsom P. (2010): Quality Literacy Instruction for Students with Autism Disorders. AAPC Textbooks. Shawnie Missions. Kansas.

Leaf, R. &  McEachin, J. (1999): “A Work in Progress: Behavior Management Strategies and a Curriculum for Intensive Behavioral Treatment of Autism”. DRL Books. New York. NY. 

Paparella, T. , Stickles Goods,  K. Freeman, S. , Kasari, C. (2011). “The emergence of nonverbal joint attention and requesting skills in young children with autism”. Journal of Communication Disorders. Retrieved from: https://doi.org/10.1016/j.jcomdis.2011.08.002

Prelock P. & McCauley R. (2012): “Treatment of Autism Spectrum Disorders”. Paul H.                                                                       Brookes Publishing. Baltimore. Maryland.

 

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